jueves, 31 de mayo de 2012

México: retos y posibilidades
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 31 de Mayo de 2012.
Nunca como ahora, el destino del país se está jugando y el peligro es grande, pero las posibilidades son inmensas, se dijo en un mitin del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Las posibilidades son de orden mayor para un país con una enorme y vital población joven, repleto de recursos naturales estratégicos renovables y no renovables, muy codiciados en esta etapa de su agotamiento. La capacidad para recuperar nación y futuro está presente en Morena y ahora en Soy 132, irrupción ciudadana joven, que rechaza, de manera tajante, el regreso del autoritarismo priísta y la manipulación del duopolio televisivo. Es un fenómeno no partidista complejo: el Soy 132 surge en un país hecho camposanto, como dice Sicilia, cuando los retos son de orden mayor y en lo electoral todo parecía arreglado de antemano por las encuestas. Por la centralidad histórica del petróleo en la relación con Estados Unidos, ésta debe revisarse a la luz del brutal fenómeno analizado en El Cártel Negro, de Ana Lilia Pérez (Grijalbo, 2011) libro de rigor, de una joven periodista, fundado en el dato duro, que retrata mucho más que los fondos oscuros del Pemex neoliberalizado y penetrado por el crimen. Ya que Pérez detalla cómo nos están robando petróleo y nación, es un texto no apto para quienes padecen amnesia, actúan como si fuésemos un protectorado y lucran con la colonialidad del PRIAN que ahoga al país.
El intento de lanzar Pemex al piso de remates de Wall Street y la BMV, planteado por Peña y Vázquez, ocurre en medio de la guerra irregular de Estados Unidos, bajo la modalidad de “guerra al narco o al crimen” adoptada por Calderón. Cuando somos vulnerables por hacer de nuestro territorio campo de batalla con mexicanos exterminando mexicanos como en 1836, 1848 o 1916, el PRIAN impulsa una todavía mayor privatización-extranjerización de Pemex, que financia 35-40 por ciento del presupuesto federal y se van sobre los enormes complejos económico-territoriales involucrados en la operación cotidiana de ese y otros entes públicos, ferrrocarriles, electricidad, etcétera.
Para el traspaso a firmas nacionales y extranjeras de todo lo demás, está la Ley de Asociaciones Público Privadas, bajo auspicio de Estados Unidos, mientras se avala un desborde hacia México de personal de seguridad, civil y militar de Estados Unidos y de su estado de excepción.
Bush/Cheney sacaron ventaja del 11/S asumiendo funciones legislativas y judiciales, cercenando prerrogativas constitucionales del Legislativo como autorizar el uso de la fuerza militar y otorgar poderes de guerra al Ejecutivo, acentuándose la tendencia de recortar el papel del Senado en la suscripción de tratados. La Ley Patriota y la de Comisiones Militares permiten al Ejecutivo operar al margen de las cortes e instaurar espacios de no-ley (estado de excepción), como en Guantánamo o en el sistema clandestino de prisiones. Bajo el 11/S se desencadenó una guerra de autodefensa anticipatoria, en la modalidad de guerra antiterrorista que con Obama se expresa en un uso frecuente de aviones no tripulados con sistemas de geolocalización para ejecuciones extra-judiciales de sospechosos de terrorismo en ultramar.
El estado de excepción global se implanta cuando agudiza la pelea por los recursos que van quedando en la corteza. Ese estado de excepción lo describió Noam Chomsky así: Bush secuestraba y torturaba. Obama asesina (democracynow.org.es).
En esa línea y con los votos de los diputados del PRIAN y anexos, ya se derogaron las leyes sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en materia económica y sobre la celebración de tratados, sustituyéndolas por una Ley General sobre la Evaluación y Aprobación de Tratados, que deberá ser ratificada por el Senado (La Jornada, 27/4/12). La oposición advierte que se mutilan gravemente las facultades senatoriales en materia de revisión de los acuerdos, convenios, tratados e instrumentos que el Ejecutivo federal celebre con gobiernos o instancias foráneas (ibid).
¿Voto en blanco o abstención cuando están en juego nación, futuro y la vida de generaciones enteras ya que se debilita la capacidad legislativa para fijar límites a las decisiones del Ejecutivo en materia de desplazamiento de tropas fuera del país y a la presencia en él de fuerzas militares extranjeras(ibid)? Ante el desempleo crónico del modelo vigente, ¿lanzar a jóvenes mexicanos como carne de cañón para las guerras por recursos de Estados Unidos –Afganistán, Irak, Libia– disfrazadas de cruzadas filantrópicas o anti terroristas?
Hay más: el 25 de mayo Electronic Frontier Foundation (EFF) denunció una licitación ¡del Departamento de Estado! para adquirir un Sistema de Vigilancia Técnica para México (www.Rebelión.org) y circula una Ley de Geolocalización que, según EFF, permite a las agencias de seguridad poderes sin precedentes para triangular la localización de usuarios de teléfonos celulares sin supervisión judicial.

jueves, 17 de mayo de 2012

México: punto de quiebre
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 17 de mayo de 2012
Paco Ignacio Taibo II acertó cuando al presentar la semana pasada La cocina del diablo, de Héctor Díaz Polanco (Planeta, 2012) desde la Fundación Heberto Castillo, dijo que La memoria es importante porque fortalece la mentalidad de los ciudadanos. En efecto, el trabajo meticuloso de Díaz Polanco ofrece pistas y evidencias eje de los niveles en que se consumó el fraude de 2006. Hurgando bajo alfombras comiciales malolientes, saca a luz la basura de maniobras, zancadillas y tretas. Si bajo riesgo de gran desorden civil el PRI usurpó la Presidencia en 1988, ahora, al confirmar con nítida evidencia cruzada que la maniobra se repitió con el PAN en 2006, La cocina... también es vacuna: contiene anticuerpos para detectar y neutralizar trucos e identificar el mapachismo cortesano, esencial a una ciudadanía decidida al desahogo pacífico, transparencia electoral en mano, ante las graves tensiones por 30 años de reformas estructurales; de acumulados precipitantes de guerra civil; de corrupción máxima con el patrimonio nacional; de abierta guerra de clase con brutal agresión al salario, al sindicato, al empleo, al campo, a la educación, a la economía popular, a los encadenamientos productivos nacionales.
Hoy el panorama es desgarrador: la guerra desatada por Calderón, sea por impericia, horfandad de legitimidad o un atávico entreguismo, en el mejor de los casos, o por el contubernio con una maquinaria imperial empeñada en gestar el caos y la desintegración territorial que se asocia a un estado fallido, en el peor, se orienta a más saqueo por la vía de una economía caseta de cobro tipo Plan 2030, en que se subrogan (a firmas nacionales y/o extranjeras) todas las funciones públicas: educación, salud, seguridad, electricidad, infraestructura, cárceles, recursos –petróleo, gas, agua, forestas, minerales, costas, ríos, etcétera–, bajo un esquema de asociación público-privada al que le sobra México como nación independiente y soberana. En 2012 ¿otro fraude para demoler lo que resta luego del saqueo multimillonario sobre Pemex, ferrocarriles, bancos, comercios, maíz, frijol, bajo auspicio y guía del Banco Mundial, FMI, BID e Iniciativa Mérida? ¿para seguir dejando una estela de luto, con ejecuciones extra-judiciales, hoy con más de 60 mil víctimas, muertos y desaparecidos, familias degradadas, desarraigadas?
Esa es la herencia del modelo impuesto desde 1982, con grave impacto en estados norteños, hoy como ayer, en la mira imperial. Con pasto seco, ¿por qué se lanzó la chispa a la pradera, usando a las fuerzas armadas en el combate al narco”, al crimen, incendiando al país con llamas de terror? Fue una acción inconstitucional, extraña, precipitada, cuando todos los protocolos requerían una depuración y afianzamiento de la administración de justicia, de los cuerpos policiales y de inteligencia; el control del lavado de dinero y del flujo de armas y sólo en última instancia la fuerza militar. ¿Por qué adoptó Calderón la línea del Pentágono? ¿Sólo podía gobernar como comandante en jefe, sin estado de derecho, haciendo del país un campo de batalla, ofreciéndolo en bandeja de plata a Estados Unidos? Con las morgues abarrotadas, la nación herida con fosas clandestinas y el PRIAN dispuesto a dar continuidad al diseño económico y de seguridad, vivimos un parteaguas solemne. Para revertir esta atroz senda sin que se termine de hacer pedazos el país, es necesaria la movilización dando certeza a los procesos comiciales. Y de eso trata La cocina... Al revisar de manera rigurosa y arropada por la memoria el despojo de 2006, –y el papel de los intelectuales– se refuerza la movilización ciudadana que vota, participa y vigila el proceso comicial.
Desde la Fundación Heberto Castillo se recordó que en 2006 no se conoció el software del sistema de cómputo de las elecciones. Díaz Polanco insistió, con razón, en exigir que se haga público para que el proceso pueda ser seguido por cualquier ciudadano, poniendo en operación llaves cibernéticas en manos de los representantes de partidos. Se entiende lo vital que resulta, además, contar con el instrumental requerido para comprobar, en cualquier momento del proceso de la transmisión electrónica de datos, que no existan interferencias desde unidades móviles que los capten y deformen en su veloz tránsito desde los centros regionales a la central de acopio.
Que estamos en una encrucijada histórica lo refleja el rechazo a ser lanzados al despeñadero. Se palpa en las universidades, públicas y privadas, (UNAM, Politécnico, Tec de Monterrey, Ibero, etcétera). Ahí estudian quienes sienten, junto al pueblo, el despojo de nación y futuro en curso. El fuerte rechazo a la justificación de Peña Nieto ante la desorbitada represión en San Salvador Atenco y a su aval a la guerra que desgarra a México, indican que estamos en un punto de quiebre. La cocina... ofrece reflexión fresca, concisa, para dar la batalla ciudadana en paz.

jueves, 3 de mayo de 2012


Catástrofe nucleoléctrica
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 3 de Mayo de 2012
Escasos días después de la catástrofe ocurrida en el complejo nucleoeléctrico Fukushima Daiichi, Japón, por el terremoto de 9 grados Richter del 11 de marzo de 2011, seguido por un devastador tsunami, se informó que en Europa se repartían tabletas de yodo. Los temores se dirigían a plantas instaladas, por ejemplo en Bélgica, que usan, como es el caso también de Estados Unidos, el mismo modelo y fabricante que en Fukushima.
El gobernador de Lieja explicó que esas pastillas se repartirían por millonesporque ayudan a reducir notablemente el riesgo de cáncer. En ese momento advertimos desde estas páginas que los compromisos políticos de Obama con el cabildo nucleoeléctrico, la manipulación informativa de la operadora Tokyo Electric Power (Tepco) y el gobierno japonés, no permitían calibrar la dimensión del accidente (La Jornada24/3/11). En pocos días fuentes científicas lo equipararon al ocurrido en Three Mile Island, Estados Unidos, 1979, de nivel cinco en la escala de incidentes nucleares, y un mes después se elevó a nivel siete, semejante al de Chernobil porque, según las autoridades, las sustancias radiactivas liberadasalcanzaban alrededor de 10 por ciento de las emitidas por la planta de Chernobil, en Ucrania, en 1986.
Esa fue una subestimación abismal. Ya entonces Robert Alvarez, ex consejero del secretario y asistente del Departamento de Energía (DE) para Asuntos de Seguridad Nacional y del Medio Ambiente del gobierno de Clinton, advirtió que un solo depósito de barras en Fukushima contiene quizá entre tres y nueve veces la cantidad de Cesio-137 lanzada en Chernobil y compartimos su temor de una diseminación radiactiva oceánica y atmosférica mundial, por las condiciones precarias y riesgos estructurales de los reactores y de los depósitos de refrigeración donde se alojan las barras de combustible usado, altamente radiactivo, cuyos niveles de agua bajaban, mientras se dificultaban los intentos por evitar su sobrecalentamiento.
Un año después el peligro aumentó y además de inminente es, en efecto, de dimensión global y no sólo local. Así advirtió Mitsuhei Murata, ex embajador de Japón en Suiza, al secretario general de la ONU y al primer ministro de Japón Yoshihiko Noda, en carta del 25 de marzo 2012, en la que solicita una urgente evaluación del reactor número 4 que contiene un depósito de enfriamiento con mil 535 barras, porque podría estar fatalmente dañado por las réplicas y temblores. Más aún, a 50 metros hay un depósito común para seis reactores que contiene ¡6 mil 375 barras!.
Consciente de las consecuencias para las presentes y futuras generaciones –y la biota global–, Murata consignó queno es exagerado afirmar que el destino de Japón y de todo el mundo dependen del reactor número 4. Esto lo confirman los más confiables expertos como el doctor Arnie Gundersen o el doctor Fumiaki Koide.
La carta de Murata, a disposición pública en el sitio electrónico del eminente diplomático japonés Akio Matsumara, (www.akiomatsumara.com) acompaña una entrevista de Matsumara a Alvarez, donde se revela que, según el DE, el total de barras usadas altamente radiactivas de ese complejo nucleoeléctrico asciende a 11 mil 421. Entre otros datos relevantes Álvarez indica que el depósito del reactor número 4 está a 100 pies del suelo y contiene unos 37 millones de curies de radioactividad de largo plazo y que, además, presenta daños estructurales y está a cielo abierto, por una explosión de hidrógeno ocurrida luego del accidente que hizo trizas la cubierta. De ocurrir un terremoto o cualquier otra eventualidad que secara el depósito, advierte Alvarez, podría producirse un fuego radiológico catastrófico que lanzaría diez veces la cantidad de Cesio-137 que se registró en el accidente de Chernobil. Pero como Fukushima contiene 11 mil 421 barras, la radiactividad por Cs-137 sería cerca de 85 veces la cantidad de Cs-137 lanzada en Chernobil, según cálculo del Consejo Nacional de Protección a la Radiación de Estados Unidos.
El orden de magnitud es inmenso: sería el equivalente a todo el Cs-137 lanzado por todas las pruebas atmosféricas de armas nucleares, más Chernobil y todas las plantas de reprocesamiento del mundo (ibid). Esta aclaración es vital para comprender que la prevención de la catástrofe no estaría tanto en la distribución de tabletas de yodo ¡a 7 mil millones! de seres humanos, sino en la concientización y movilización ciudadana de cara al cabildo nucleoeléctrico de Estados Unidos, Japón, México y el mundo.
Luego del desastre en Fukushima, Alemania (y no Estados Unidos), marca la pauta: en 2020 su mezcla energética excluye la nucleoelectricidad: 43 por ciento será de gas y carbón y 57 por ciento provendrá de fuentes renovables como viento, sol, biomasa, etc. El asunto no es menor. Como dice Matsumura, ahora “podemos captar qué quiere decir ‘85 veces mayor al Cs-137 lanzado por Chernobil’: significa la destrucción del medio ambiente mundial y de nuestra civilización”.